martes, 9 de febrero de 2010

me mudo

Ayer la mula tocó la puerta de la vaca y la invitó a vivir en su barrio.
La vaca lo pensó, le pareció una buena idea porque en ese barrio viven varios buenos amigos de la vida real como Juan Infante y Pachi Valleriestra y otros amigos de la vida virtual como Marco Sifuentes..
Así que la vaca movió su cola y aceptó
Ahora la nueva dirección de la vaca es:

vaca descarriada
www.vacadescarriada.lamula.pe

anda visítala
su casa todavía no está terminada, justo hoy viene el arquitecto de casas web para darle una patita.

sábado, 6 de febrero de 2010

flor de amiga

Una semana antes de navidad les pedimos a los niños del hospital que le escriban una carta al “Bolipapa”, el Papa Noel de Bolaroja, un personaje que inventamos para que les regale todo lo que quieran en ese día.
Les contamos que el Bolipapa es el papa noel de los Doctores Bolaroja que nos trae regalos a nosotros y como ellos son nuestros amigos, también les pueden traer regalos si le mandan una cartita diciendo qué es lo que desean...

En esa semana llegué a gastroenterología y me encontré con Delia, una niña que acababa de ser internada, tenía los ojos muy amarillos por lo avanzado de su enfermedad, pero no era el color lo que inquietaba, era ver esa mirada tan fría, dura, rara en una niña de 10 años.
Me acerqué y le pregunté si sabía quien era el Bolipapa y muy seria me dijo que no sabía ni quería saber, que no le interesaba lo que yo quería contarle. Los otros niños del cuarto si querían saber así que a ellos les conté, pero pude ver que ella también escuchaba. Cuando los demás terminaron de escribir sus cartas me volví a acercar a Delia, vamos a hacer tu carta le dije, qué quieres por navidad? Y me dijo que quería chocolate, panetón y largarse de ese lugar, estaba muy molesta. Y yo escribía todo lo que ella decía. Le pregunté si podía comer todo eso que estaba pidiendo y levantando la voz me dijo que ella podía comer lo que le diera la gana.
Y yo, con la sonrisa acompañando la situación escribo eso también… tráele lo que le da la gana… y qué mas? Una cocina, me dice, yo escribo y ropa para mi barbie y le digo ropa de fiesta, ropa de playa , ropa de paseo y piensa con el entrecejo marcado... ropa de fiesta y nada más.
Terminamos a duras penas la carta. Y le digo: “Delia, sabes qué te puedo regalar yo?”
Yo tenía una florcita pintada en la frente y tenía conmigo mis pinturas. Le ofrezco pintarle una flor como la mía y me dice no. No quiero nada de ti. No quiero ser igual que nadie, no quiero ser igual a ti, no quiero una flor en la frente como tú.
Y entonces viene una idea, Delia y si te la hago en el pie? Le cuento que he venido desde mi casa caminando por la playa y luego por la avenida Brasil y en el camino vine muy atenta y no he visto ni una sola persona con una flor en el pie. Y entonces lo piensa y finalmente acepta, escoge los colores y luego le hago otra en la mano, ella escoge los colores otra vez, se deja hacer y me mira mientras la pinto. Ya estaba un poquito más tranquila. Me despedí de ella , le dije que iba a estar cerca por si necesitaba algo y seguí haciendo cartas con los otros niños. Al rato se me acerca una enfermera y me dice que Delia me llama.
Doctora Wendy, quiero una flor en la frente, me dice. De qué color? le pregunto. Y me dice: los mismos colores de tu flor.
Y le pinté una flor exactamente igual a la mía… al terminar le dije a Delia que sólo las mejores amigas tienen flores iguales, que ahora teníamos que ser mejores amigas, le pregunté si estaba de acuerdo y me dijo que si. Le pregunté si podía contarles a mis amigos que éramos mejores amigas y aceptó. Así que fui corriendo a llamar a los Doctores Bolaroja que me acompañaban ese día para contarles la gran noticia. Ellos vinieron y me felicitaron por haber conseguido una mejor amiga tan linda.
Al día siguiente fui al hospital otra vez y al salir del ascensor oigo un grito: doctora wendy!!! Y era ella, en su silla de ruedas junto a su mamá y me llama y llama a la enfermera para contarle que éramos mejores amigas, me pidió que le volviera a pintar una flor, nos tomamos fotos… fue un día maravilloso.
El día de navidad yo estaba muy ansiosa por llegar a su cuarto, teníamos todo lo que había pedido, quería ver su carita cuando viera su cocina con ollas, platos, tazas, sartenes y la barbie con sus vestidos de fiesta... pero ella no pudo ver nada. Estaba inconciente, su mamá lloraba a su lado, cuando me vio me dio un fuerte abrazo, el doctor le acababa de decir que su niña se le iba, me acerqué a Delia, le hablé, le canté una canción sobre las mejores amigas que me inventé en ese momento y sus ojitos seguían cerrados.
Su mamá me agradeció y yo no entendía porqué me agradecía si yo no podía hacer nada por ayudarla.
Luego me dijo que toda la semana Delia había estado muy contenta porque tenía una mejor amiga, que les contaba a todos y que ya no estaba molesta, ni amarga, que la rabia se le había ido...
Delia se fue antes de año nuevo.
Pasé varios días muy movida, lloré mucho, me hice muchas preguntas y al final me sentí bendecida por haber tenido la oportunidad de conocerla, por haber visto su sonrisa y saber que ella, esté donde esté ahora, tiene una mejor amiga que no la olvida.


jueves, 4 de febrero de 2010

FÉ DE VACA

FE DE VACA from wendy on Vimeo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

P R E F A C I O

Gracias a mis hermanas por su apoyo
A la veci, el finlandés y la periodista
A la bola
A mi editor
A la patria y sus símbolos




Hola! Estoy acá tratando de empezar a escribir un libro. Debo confesar que la idea no fue mía. Fue de mi vecina Fiorella Gambini, a la que conocí al mudarme de casa hace como 6 años. Un día me dijo “¿porque no escribes un libro?” y yo me reí. Cuando vi que ella no se reía pregunté ¿Un libro de que? y ella me dijo “de lo que sea”.

“De lo que sea” no es una respuesta, no para mí, no sé qué pensaran ustedes. Es como un poco demasiado amplia. “De lo que sea” puede ser mi vida, mi niñez, mis amores, mi paso por la televisión, mi trabajo como clown, mis esperanzas, mis desesperanzas, mi amor por la enseñanza, mi incapacidad para escribir un libro… demasiado amplio…

Como le puedes decir a alguien que cree que puede empezar un libro diciendo “Hola”, que escriba un libro.

Pero al parecer la vecina no estaba sola en esto. Como a los dos meses llegó a mi casa un joven de Finlandia a pasar unos días conmigo. Pertenecía a esos extraños clubs de viajeros y mi casa se volvía puerto de los más pintorescos personajes que llegaban desde cualquier parte del mundo. Tuve hospedada gente de Alemania, Estados Unidos, España, Rusia, Hungría, Suiza, Argentina, Chile… en fin, llegó el joven finlandés y después de una larga conversa introductoria me dice “ya escribiste un libro?” y yo, entre risas, “perdón?”, “sí” me dice, “ya escribiste un libro?” y yo “no” y él “Por qué?”.

Por qué?, qué clase de pregunta es esa? Acaso todos tenemos el deber de escribir un libro? Qué pasa con la gente?

Luego vino a entrevistarme Signy Prieto , periodista de Peru 21 y a que no saben qué me dijo? Wendy, porque no escribes un libro? Y ya no me dio risa.

Me ponen en jaque. Yo me considero una persona racional y lógica. Pero hay algo que me sobrepasa, algo muy lejano a lo racional. Y es que no puedo con las señales.

Las señales me han llevado por lugares insospechados. Las señales me llevaron a empezar con Bolaroja, las señales me hicieron amiga de Patch Adams, las señales me empujaron a empezar con el trabajo de clown hospitalario… Y yo solo necesito tres señales para tirarme a la piscina. Y ya me las dieron. Entre la vecina, el finlandés y la señorita Prieto, me dejaron sin salida.

Y lo peor es que soy tan maniática cuando escribo  que tengo que ir en orden, así que empecé con los agradecimientos sin saber a quien tendré que agradecer cuando termine y con un prólogo que no habla del libro porque aún no hay libro. Si no me conoces y estás leyendo esto en las primeras páginas de un libro que tienes ahora entre tus manos, significa que lo hice. Si no, es porque me asusté y no escribí nada más.

Que la suerte me acompañe…

lunes, 1 de febrero de 2010

CALACA

Tasco, 2001, tarde de sol, por primera vez en mi vida como una torta de las que el chavo del 8 habla. No me imaginaba como eran las tortas. Me comí una de jamón, queso, guacamole y frijoles. Iba sola , andaba viendo las cosas que vendían en una callecita con escalera al fondo: esqueletos... esqueletos de colores, con ropa, sin ropa, con alas, con sombreros de plumas, sin plumas, esqueletos desnudos...
Me atrae la muerte y me gusta México por eso, porque celebra la muerte como celebra la vida. Y sus calacas son su representación más presente.
Y me lo compro, mi esqueleto de madera está desnudo, sentado en mi sala, mirándome mientras trabajo. Me causa ternura, me gusta.





Ese esqueleto es mi primera torta de jamón, mi primera vez en México (donde después volvería a cambiar mi vida para siempre), es inocencia y alegría, es el sol de Tasco en mi nariz, es mi atracción por el tema de la muerte, sirve para recordarme que hay que vivir mejor, porque creo que mientras más presente tenemos a la muerte, mejor vivimos...